Fundada por la Kulturstiftung des Bundes (German Federal Cultural Foundation), la Bienal tuvo su primera edición en 1998 por iniciativa de Eberhard Mayntz y Klaus Biesenbac Kunst-Werke y encara por estos días su undécima -y atípica- versión con una programación en contexto de pandemia que exhibe procesos artísticos y políticos, corporiza cuerpos disidentes, ritos ancestrales y deconstruye hegemonías, en un presente en crisis donde la periferia se objetiva en el centro e interpela.

La Bienal tuvo su primera edición en 1998 por iniciativa de Eberhard Mayntz y Klaus Biesenbac Kunst-Werke.

La Bienal tuvo su primera edición en 1998 por iniciativa de Eberhard Mayntz y Klaus Biesenbac Kunst-Werke.

Desde septiembre de 2019 la bienal se desarrolló a través de tres experiencias: «The bones of the world», Virginia de Medeiros (Feminis Health Care Research Group), y «Affect Archives» (Sinthuajan Varatharajah, Osías Yanov), que fueron complementadas con presentaciones, performances, talleres y residencias de artistas.

Más de 70 artistas participaron desde entonces pero por las restricciones impuestas por el nuevo coronavirus solo 22 pudieron estar presentes en Berlín para el montaje y la apertura. Sin embargo, los organizadores buscaron el modo para que aquellos que no pudieron viajar estuvieran presentes, a través de «encuentros virtuales (videos, poemas, audios), como una nueva forma de diálogo con el público», explica Cervetto en diálogo con Télam.

La última fase, titulada «The Crack Begins Within» («La grieta comienza desde adentro»), había sido programada para junio pero por la crisis sanitaria recién se lanzó en estos días y estará disponible al público hasta el 1 de noviembre en cuatro sedes en Berlín: KW Institute for Contemporary Art, daadgalerie, Gropius Bau y ExRotaprint.

Dentro de la amplia selección, figuran cuatro artistas argentinos: Florencia Rodrígues Giles, Osías Yanov, Mariela Scafati y la drag queen Bartolina Xixa (TIlcara, creada por Maximiliano Mamani).

«Una bienal como la de Berlín es un espacio de investigación, experimentación y actualidad en la relación entre el arte y la sociedad, que siempre tuvo en cuenta nuevas formas discursivas en la realización de una exposición bienal. También pone atención a contextos y experiencias entre arte y política, que acerquen y permitan entender al público europeo cuestiones que tienen que ver con su sociedad actual, mirando a la vez hacia otros contextos», destaca Pérez Rubio.

El curador refiere a Télam que cuando seleccionaron la propuesta, «era evidente la implicación con diferentes formas de conocimiento, estudio, pedagogía, luchas y resistencia que traíamos desde América del Sur. Ello sumado a las teorías decoloniales que vienen implícitas en nuestros trabajos, referidos tanto a los museos como a los conocimientos, a los cuerpos, géneros y sexualidades».

Según el exdirector artístico del Malba, la propuesta es un importante aporte a la bienal y al público alemán, que «no está tan acostumbrado a la relación ‘de tu a tu’ con los postulados del Sur», motivo por el cual «más de la mitad de los participantes son de América Latina y muchos otros del Sur Global», señala.

Acerca de la mirada curatorial, Pérez Rubio dice que «esta bienal es un proceso colectivo, que rompe la unicidad de la voz curatorial, tanto en singular, como en género, como en geopolítica». El conjunto de las tres experiencias previas «han sido como capas que se fueron sedimentando en el tiempo» y también «capas de significado» para abordar ahora el epílogo.

Fuente: Télam