«Lola y Choko, una aventura por la Independencia», un cuento interactivo que narra las aventuras de una niña y su perro en medio de la Declaración de la Independencia en Tucumán, se lanzó el 9 de julio, desde el Museo de la Casa Histórica, en coordinación con la Secretaría de Cultura de la Nación, para que los niños puedan aprender jugando acerca de hechos históricos de Argentina.
«El primer capítulo de este cuento animado e interactivo tiene como protagonista a una niña llamada Lola y a su perro pila, Choko», contó Mariana Romano, integrante del Área Educativa del Museo y autora del cuento, quien señaló que la historia surge en el contexto de pandemia de coronavirus «como una propuesta para los chicos puedan jugar y aprender al mismo tiempo».
«Es importante pensar en nuevas formas de contar los contenidos de nuestra historia de una manera más convocante y atractiva, en especial cuando se trata de las infancias», sostuvo Romano.Y agregó que, en este contexto de pandemia, «el juego debe ser considerado una herramienta de aprendizaje, ya que hace a los niños partícipes de lo que están por aprender».
La trama del este cuento audiovisual, anticipó Romano, «se desarrolla el 9 de Julio de 1816 y narra las aventuras por las que atraviesan los personajes a partir de que Lola asiste a una reunión en la Casa de Tucumán junto a su mamá Juana y a su perro Choko, que se roba el acta de la Independencia, y es la niña quien la recupera y se la entrega a Francisco Laprida, a cargo de la presidencia del congreso en ese momento».
Esta pieza audiovisual «muestra la representación del pueblo, de las clases populares que también tuvieron una participación activa e importante, así como el rol de las mujeres representadas en Lola y Juana, sumado a la historia contada a través de la mirada de los niños».
La autora destacó «los colores que se eligieron para representar a los personajes, teniendo en cuenta que la mayor cantidad de la población del norte argentino es de piel marrón, sin embargo en las imágenes de los libros de historia y en los medios las personas son de piel blanca».
En este sentido, sostuvo «este primer capítulo del cuento abrirá una puerta para tratar otros temas vinculados a la etapa colonial argentina» y precisó que al cuento se puede acceder desde la página web del Ministerio de Cultura de la Nación y por las redes sociales del museo.
El cuento fue creado por Romano a quien pertenece el guión original y estuvo a cargo de las voces de los personajes y la dirección, con la productora Magia Linyera a cargo de la animación y montaje; Cristóbal Cadierno en la música original y producción de sonido; Ximena Foguet en la ilustración, diseño de personajes y storyboard; Nahuel José, en la programación, y Javier Vázquez en la producción general.
Esta iniciativa se suma al material didáctico e interactivo con el que cuenta el Museo, que no solo posee en su acervo imágenes que penden desde las paredes, o la ropa usada por los soldados que lucharon por la independencia, sino que propone a los más pequeños acercarse a la historia de la denominada Casa de Tucumán, donde se celebró la Independencia.
Bajo el nombre de «Una casa con historia» se cuenta que la vivienda pertenecía a una familia que la cedió para ese crucial momento. La propuesta también narra que esa casa pudo ser reconstruida gracias a la fotografía tomada por Angel Paganelli cuando estaba a punto de derrumbarse.
A partir de allí se propone que los niños se imaginen sacar una foto y que un tiempo después se use para reconstruir algo que estaba perdido, entre otras actividades.
Otra de las propuestas es aprender e imaginarse a qué juegos accedían los niños hace 200 años y descubrir por ejemplo que muchas de las formas de diversión usadas hoy vienen de aquellos años: naipes, dados, rayuela, carrera de sortijas, perinola, soga de saltar, o las adivinanzas.
«Juguemos en el patio» llama a descubrir los patios con que contaban esas casas en las que vivían las familias más importantes de la ciudad y señalar cuál elegirían los niños para sus juegos o en cuál jugaría un niño hoy.
«A festejar que somos libres» es otra de las iniciativas para los niños en la que se cuenta que la declaración de la Independencia en 1816 generó tanta alegría que debieron elegir un campo destinado a un baile para miles de personas, donde hubo juegos a caballo y un desfile militar. A partir de estos datos se les propone a los niños que escriban qué significa para ellos ser libres.
Fuente: Telam