Mateo · Teatro Estable de la Provincia
Viernes 17 y 24, sábado 18 y 25 de junio · 21h · Sala Orestes Caviglia
Entrada gratuita (se deben retirar previamente por boletería).
Mateo · grotesco criollo, del escritor argentino Armando Discépolo.
Dirección Marta Álvarez del Castillo
Elenco • Carmen Alejandra Páez Salas / Lucia Araceli García / Ruth Plaate / Chichilo Joel Alonso Quírico / Carlos Facundo Vega Ancheta / Miguel Nelson Alfonso / Severino Sergio Domínguez / El loro Ignacio Hael / Narigueta Sergio Aguilar / Empleado Rafael Chaya
Ambientación, paisaje sonoro y efectos especiales: Roberto Chicho Ortega
Operación de sonido: Alejandro Fuentes, Roberto Chicho Ortega
Operación de luminotecnia: Javier Kochniuk, Adrián Rolando, Sergio Rolando
Maquinaria/ Realización y montaje: Carlos Coronel. Asistentes: Walter Ponce, Juan Ponce, Gustavo Rodríguez, Jorge Diaz
Diseño de escenografía: Carlos Coronel, Marta Álvarez del Castillo
Utilería: Gerardo Vieyra
Maquillaje y caracterización: Cecilia Delgado
Zapatería: Miguel Agüero
Diseño de vestuario: Julio Rojas
Vestuarista: Soledad Barros
Realización de vestuario: Taller de costura del Ente Cultural de Tucumán
Coordinación técnica: Mario Ortiz
Pintura y ornamentación: Alejandra Malandra, Carlos Martínez
Jefe de sala: Mario Bórquez. Personal de sala: Nicolas Cobos, Walter González
Asistente de Dirección: Lita Molina / Araceli García
Asistencia Técnica y de producción: Silvina Schliserman
Mateo se estrenó en Buenos Aires en 1923, con esta obra nace el Grotesco Criollo, este nuevo género se desarrolla de puertas adentro , no en el patio del conventillo. Armando Discépolo nos coloca ante un realidad que se repite, la resistencia al cambio por la que atraviesa Miguel, personaje central de la pieza es también algo común en nosotros,tememos al futuro, y si nos encontramos en una situación crítica en el presente miramos con recelo lo que nos espera.
“Mateo atraviesa el tiempo” A partir de esta función de teatro a los coches a caballo en Argentina, llevan su nombre en honor al gran amigo y compañero de nuestro protagonista, su caballo. A casi un siglo de su estreno, Discépolo sigue vigente.